2 de octubre de 2011

WU LYF BAM 2011

A veces, el deseo es traicionero. Las expectativas te hacen esperar mucho y desear aún más para, luego, al ver que lo que recibes no es lo que esperabas, hundirte en la más misera miseria del "si lo se no vengo" y del "no es oro todo lo que reluce". ¡Bien por los Budistas que ven el deseo como uno de los mayores problemas de la humanidad, el cual hay que erradicar mediante meditación y autocontrol!...Pero yo, como ser terrenal y lleno de parches, sigo deseando mucho y meditando poco.Y así me va...

Durante el mes de septiembre deseé con ahínco, e incluso pesadez, ver en directo un concierto de los WU LYF en el Barcelona Acció Musical (BAM) de las fiestas de la Mercè, patrona de la ciudad, este 2011. Y allí que me fui, a la plaça dels Àngels de Barcelona, en pleno barrio del Raval, con mi bocadillo y mi cerveza, con toda la ilusión del mundo, a ver a esta banda incipiente y bendecida por los Pitchfork de Chicago, Illinois.
El primer, y evitable, error de la noche, y no por que lo sea pero siéndolo en sí mismo: si quieres ir a un concierto a escuchar música, ve a escuchar música. Si quieres ir a la piscina a nadar, ve a nadar, porque ir a escuchar música a un concierto con gorro de piscina, es guay, pero no es buena idea. Porque quedar con amigos para ver un concierto y montarte un picnic es muy divertido pero incompatible con enterarte de algo.
Y el segundo, e inevitable, error de la noche: nunca esperes "sonido de club" en la plaza de una ciudad. ¡Menuda decepción este año con la calidad del sonido en los escenarios del BAM! Hasta ha habido revuelo posterior a causa de los decibelios legales y de las quejas vecinales sobre el volumen de los conciertos. Que lo que no se puede es esperar una fiesta mayor en una ciudad, con una población de más de un millón y medio de habitantes, en la que no se haga ruido, no señor... Que al final, lo de ir de bolo con cascos, como se propuso en Madrid, va acabar siendo la futura realidad. 

Total, que entre pitos y flautas, ni primera fila, ni concentración, ni sonido decente, ni conciertazo del año, ni nada. Ahora sí, sigo pensando que, a pesar de todo y justamente por eso, WU LYF son una pedazo de banda, ya que consiguieron, en contra de toda evidencia, llegar a mis sentidos y hacerme vibrar con su sonido envolvente y la voz de su cantante y teclista, Ellery Roberts, durante los minutos que el mundanal ruido me dejó en paz. Suerte y larga vida!






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