24 de noviembre de 2012

La humildad como bandera de Cranes...

La última vez que estuve en la Sala Salamandra 2 de l'Hospitalet de Llobregat debía tener unos 25 años y estaba metida en esa corriente de música étnica que, durante varios años a principios del 2000, petó en la Ciudad Condal, motivada por Manu Chao, Ojos de Brujo, 08001, Muchachito Bombo Infierno y muchos más. Recuerdo que asistí a un concierto clandestino de Manu Chao que, bajo un seudónimo que ya no recuerdo, tocó cerca de 4h y nos lo hizo pasar muy, pero que muy bien. A parte de estar encantada simplemente por ver al Sr. Chao, Mano Negra para muchos, yo era muy fan entonces, durante varias horas y sin gastarme ni un céntimo en la entrada, fue gratis, lo que hizo ese regocijo aún mayor fue que los artistas estaban tan cerca del público que podías saber lo que se estaban bebiendo... 
Ayer, después de 7 años sin haber pisado la sala, tuve la suerte de disfrutar de nuevo de esa sensación de cercanía. Presencié un concierto íntimo, dulce, alegre y bien intencionado de la banda británica Cranes, que se está paseando por España después de 10 años sin venir, para recordarnos que aún están a tope y que piensan volver. Tras la triste noticia del cierre provisional de la sala de conciertos Apolo de Barcelona, me sentí altamente reconfortada al poder disfrutar de un concierto muy profesional, con buena calidad de sonido, noventero, y en el que quedó bien claro quién inventó el dark pop, el synth pop, el dream pop y todas esas vertientes oscuras del  mal visto "pop" que muchos grupos actuales pretenden adjudicarse como si hubieran inventado la sopa de ajo. No, señores, no. Siempre hay un antes. Y ese antes tiene clase, humildad, simpatía, cercanía y calidad. Es una banda que no se cree mejor que los que estamos escuchando sus temas ni pretenden estar en ese pedestal llamado "escenario" como si no hubiera un mañana. Es uno de esos grupos que están tan de vuelta que han vuelto a ser como principiantes, pero sin serlo. Muy satisfecha con Cranes, me encanta ir a conciertos de las viejas glorias de la música underground. Y de las nuevas también, porque sigo diciendo lo mismo de siempre, dime de dónde vienes y te diré hacia dónde vas. ¡Suerte y larga vida!




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