3 de junio de 2012

Primavera Sound 2012. Cuando se te desmontan las quinielas.

Aunque la jornada del sábado en el festival Primavera Sound (PS) estuvo marcada por la ausencia de la artista islandesa Björk, cabeza de cartel caído por motivos de salud, y se notaba una afluencia de público menor que la de otros años, ese mismo día, fue una señora jornada de festival, no faltó de nada, hubo para todos y encima sobró. 
La tarde empezó para mi con Kings of Convenience. El dúo noruego, un poco empequeñecidos por el tamaño del escenario San Miguel Primavera Sound, nos deleitaron con sus temas de folk encantador generando muy buen rollo entre los asistentes nada más empezar a tocar. La gente bailaba, cantaba y marcaba sus canciones, algunas tan conocidas como Me in You, disfrutando de un concierto que estaba a reventar. Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe nos hermandaron con sus guitarras y su buen humor, tanto que, al final, lo que se quedó pequeño fue el escenario. 
Antes de acabar de escuchar su último tema del repertorio ya estaba yo, pies en polvorosa, de camino a Beach House. Muchas expectativas puestas en este grupo estadounidense ya que su último LP, Bloom, recién salido del horno, está teniendo muy buenas criticas y está gustando tanto a los más puristas dark wavers como a los dreampoperos más empedernidos. Sonó muy bien, la verdad, pero, con toda la pena de mi corazón, he de decir que en mi opinión no cumplieron con esas expectativas que una tiene antes de entrar al PS en referencia a sus artistas fetiches, y esto simplemente es una visión personal, pero creo que faltó chicha. Además toda la puesta en escena los ocultaba de un público con ganas de ellos y, por lo menos a mi, me dejaron un poco fría. 
Pero sin dramatizar demasiado y con ganas de seguir me encaminé hacia el principio del bolo de Saint Etienne, grupo que ocupó el lugar de Björk en el cartel final del festival. La verdad, los primeros bailoteos a lo loco empezaron allí, un ambiente de fiesta pop con cientos de fieles fans del grupo británico que ha marcado hitos en las pistas de baile desde 1990 y que, a pesar de su maduro aspecto, no defraudaron a nadie con su energía de treintañeros. 
Pero yo, que soy muy fan de Chromatics, a los 15 minutos me fui escaleras abajo camino del escenario Pitchkork dónde empezaba la actuación de esta banda de synthpop, abalada por su productor y a la vez músico Johnny Jewel, de Glass Candy, un poco nerviosa después del bajoncillo de Beach House. Pero qué va. Nada que ver, Chromatics se marcaron una actuación que nos hizo volar al compás de sus sintetizadores, con una sesión de buen hacer encima de un escenario, con versiones más cortas de algunos de sus temas que encajaban perfectamente con el ánimo del público y con un ambiente de lo más entregado. Puedo decir que cumplieron muy bien con lo que habían venido a hacer, demostrar que si están donde están, es por algo. 
Entonces, llegan las dudas, ¿Wild Beast o Yo la Tengo? Sin poder evitarlo, la decisión vino por si sola, Yo la Tengo. Esta banda de los inicios de la música indie y que todos recordamos por su nombre en castellano, a pesar de ser americanos, y por sus míticos temas de guitarreo que nos hacían bailar en la sala KGB de Barcelona mucho antes de que pasara a ser una sala de música electrónica, recordé porqué me gustan grupos de este estilo y bailé al son de sus guitarras, un poco psicodélicas, como si fuera 1990.
Antes de que acabara y dejando a Ira Kaplan enfrascado en un diálogo con su guitarra eléctrica, derecha para Justice, sin saber muy bien que tocaban y dejándome llevar por amigos que sí sabían lo que iba a pasar. "La madre que los parió". Todavía estoy en shock y mis pies también. De repente, el escenario San Miguel Primavera Sound se llenó con una escenografía lumínica, con piano escondido incluido, coronada por el dúo francés que le empezaron a meter caña a sus equipos electrónicos y nos pusieron a todos del revés. De verdad, todo el público saltaba, botaba, bailaba sin parar, con un musicón que hacía tiempo no escuchaba, ideal para un festival con espacio donde moverse y donde derrochar vatios y vatios de sonido y de luz. Totalmente inesperado para mi. Absolutamente conquistada, absolutamente feliz. 
Y, ¿ahora qué? Con mucho miedo a seguir porque ya no crees que nada lo pueda superar, los siguientes fueron Neon Indian, en el escenario Ray Ban, otro de mis grupos fetiches del PS12. A pesar de que ya me daba un poco igual como tocaran a causa del subidón que llevaba por Justice, me situé bien cerquita del escenario esperando a ver qué pasaba. Se dejaron la piel los de tejas, sí señor, estaban la mar de contentos de estar en el PS y nos lo transmitieron a todos los demás. Más, más, más baile. Repasaron sus temas más emblemáticos y se permitieron el lujo de disfrutar y hacernos disfrutar sin más pretensiones que esas. 
Hasta las trancas de tantas emociones musicales, aún quería más y sabía que ya nos encaminábamos hacia el lado más electrónico del festival, para cerrar lo que sería uno de los Primaveras más alegres que yo he vivido. Así que para rematar, unos temas coletazo a cargo del sello Numbers y en particular de electrofunk de Redinho. Aur revoire, hasta la próxima. Sólo me queda dar las gracias por tan grata jornada de música, baile, risas y buen rollo que se vivió ayer en la penúltima jornada del Primavera Sound  y que me dejó con ganas de que llegue ya el PS2013. ¡Suerte y larga vida!

 

1 comentario:

Jen dijo...

El sábado fue un gran día, a pesar del disgusto previo por Björk. Aunque creo que fui de las pocas que decidió no ir a Beach House, y a la que Yo la tengo la aburrieron soberanamente, coincido contigo en que Kings of Convenience dieron un conciertazo; Erlend Oye bailando a los sexy impagable, qué risas :D Y lo de Justice no tiene nombre. Qué musicote; qué trance bailongo y qué subidón después. Te entran ganas de tatuarte una cruz y todo.